viernes, 4 de enero de 2013

Misa "En un Trozo de Pan"

Qué tal, ya hace 3 años que no escribía nada que hasta pensé que me habían cerrado este espacio. Pero qué bien encontrarlo aún abierto. Aprovecho, pues, para desear un Feliz Año Nuevo y presentar el proyecto más largo hasta ahora de mi vida.

En 1999 escribí una canción para una misa, un Santo, ya que no encontraba qué cantar porque sólo me podía 4. Lo hice entre la misa de 8 y la de 11 de la mañana en mi parroquia. Lo canté a las 11, y bueno, de ahí en adelante no le dí mucha importancia.

Los momentos fueron surgiendo a lo largo de mi trabajo pastoral, hasta que finalmente, en el 2009 termino de componer una misa. Mejor dicho, termino de hacer una canción para cada momento de la Eucaristía, tratando en cada pieza de respetar las normas litúrgicas que a mi entender rigen cada momento y que he expresado en varias ocasiones en este espacio. Me llevó 2 años grabar todas las canciones, y un año más desde que estuvo terminado el producto hasta que lo pude digitalizar. Hoy lo dejo acá, en sus manos, para que puedan escuchar y tener una opción más. Para que puedan vivir conmigo cada momento de la Liturgia desde este punto de vista tan particular que Dios me dio.

Este trabajo no pretende ser la respuesta litúrgica a prueba de fallas, sé ahora más que antes que hay cantos que no cumplen con las normas como deberían, pero que pueden ser adaptados. Sin embargo, lo comparto con ustedes porque siento que es lo que Dios me pide. Dudo que salga a la venta, Él dirá en su momento, pero ya pueden escucharlo y opinar.

Y como en este espacio no hay patrocinios, vale la pena el comercial: fue grabado en HR Producciones, bajo la batuta del gran Hugo Rico, vocalista y director musical de Amor y Verdad. A él se le debe también el crédito de los instrumentos que no son guitarras, y el de la guitarra líder en "En un Trozo de Pan". Todas las voces y arreglos son de mi persona, y las adaptaciones musicales de él. Le estoy muy agradecido por su apoyo.

Pueden escucharla desde acá:

http://www.soundcloud.com/jc160777/sets/en-un-trozo-de-pan/ 


Y pueden hacer sus comentarios en este mismo espacio.

Que Dios les bendiga, y espero retomar este trabajo pastoral.

martes, 10 de noviembre de 2009

Comenzando un Coro Parroquial

Muchas veces dentro de una parroquia surge algún loco o loca con la idea no sólo de cantarle a Dios, sino de convencerse a otros más para hacerlo de una manera ordenada y bonita. Pues bien, con un poco de esfuerzo, sin saber por dónde ir primero, vienen y se lo comentan al Párroco, quien normalmente acepta la oferta y les asigna una misa.

Así surgen casi siempre los coros parroquiales. Luego de formación, experiencia, mucha oración, se llegan a consolidar en un Servicio más completo para la Parroquia. Pero para aquellos que están en la primera etapa, o para aquellos que quieran comentar sus experiencias, enumeraré algunos de los pasos a seguir que a mi criterio se deben dar y que en mi experiencia han dado resultados.

1. Compromiso pastoral
Cada miembro debe, a mi criterio, pertenecer a una comunidad o tener un crecimiento espiritual paralelo al coro. Esto es porque el Coro es un servicio, y eso significa que es un hacer, pero cada cristiano debe ser dentro de una comunidad. No cometas el error de convertir al Coro en una comunidad, porque en ese caso, no se tratará de un Coro, sino de un Ministerio de Alabanza, que tiene propiedades y funciones distintas. Sí es necesaria, sin embargo, la formación litúrgica, el compartir testimonios, etc., pero que nadie llegue a servir sin crecer en una comunidad, pues nadie puede dar lo que no tiene. A veces, por tiempo, la gente poco a poco deja de ir a otros lados y espera llenarse del Coro. Es cierto que la Alabanza te llena el corazón de gozo, y el compartir con otros hermanos en la misma sintonía también, pero nunca el servicio reemplazará a la Comunidad, ya que nadie puede dar lo que no tiene. Esto es como decir que mi comunidad es mejor que mi familia, porque ahí me aceptan como soy y no me critican... Procura que tu gente comprenda el equilibrio que esto debe llevar en su servicio y vida espiritual.

2. Prueba y clasificación de las voces
Esto es muy importante, pues si no hay polifonía (varias voces), no se le puede llamar coro. Si no tienes experiencia musical, tranquilo, que basta con que a cada miembro le hagas una prueba de voz frente al resto del coro. Parece broma, pero en realidad esto te determina seguridad y confianza. Tomas tu guitarra y le dices que cante algo que le gusta. Dejas que comience en el tono que quiera y tú lo sigues (esto te ayuda a determinar afinación). Luego, subes o bajas tono y le pides que te siga a ti con la misma canción (esto te ayuda a determinar el oído musical). Tradicionalmente las voces, en su clasificación coral más sencilla, se dejan en Soprano y Contralto para mujeres, y Tenores y Bajos para hombres, siendo las primeras las voces altas y las segundas, las voces bajas. Para no complicarte, en el caso de las mujeres, cualquiera de ellas que cante en notas arriba del La5 (quinto traste de la primera cuerda en la guitarra), ponla como soprano y al resto ponla de contralto; en el caso de los hombres, cualquiera de ellos que dé notas arriba del La4 (segundo traste de la tercera cuerda de la guitarra), ponlo de tenor y al resto de bajo.

Si no hay suficiente gente para tener cuatro voces, puedes comenzar con hacer sólo dos: hombres y mujeres. Pero recuerda que por naturaleza la voz del hombre y de la mujer están distanciadas una octava, así que en algunas canciones te verás obligado a separar las voces, porque no encontrarás tonos en los que todos puedan cantar sin problemas. Para algunos será muy alto, para otros, muy bajo, y cuando no hay experiencia ni educación en la voz, esto puede llevar a lesiones en la garganta de los que cantan.

3. Todo es un proceso paulatino
No traten de correr, no traten de innovar cada domingo con 7 cantos nuevos, que no habrá suficiente tiempo de ensayo en la semana. Cuando las cosas son para Dios, yo siempre he creído que se deben hacer lo mejor que yo puedo hacerlas. Y esto implica disciplina y entrega, organización y aprender para enseñar. Mi consejo es que comiencen por cantar una agenda mensual. Esto significa que cada mes hacen una hojita de cantos o o una agenda con, por ejemplo, dos cantos de entrada diferentes (para variarlos), un sólo Kyrie, un sólo Gloria y Aleluya (si el tiempo litúrgico lo permite), unos dos cantos de Ofrendas, un Santo, un Padrenuestro, un canto de Paz y otro de Cordero de Dios y un canto de salida. Para la Comunión seleccionen unos 5 cantos: uno adecuado para cada uno de los domingos del mes y uno más que se pueda usar como segundo canto o algo así. Luego, al mes siguiente, cambias algunos de los cantos de la lista, pero no todos. ¿Por qué? Pues primero, porque la Asamblea debe ir participando, y si cantas sólo cantos nuevos cada domingo, no lo hará. Segundo, porque así tu gente va aprendiendo cada canto como debe ser, y vas mejorando el desempeño y los arreglos musicales. Tercero, porque eso te da tiempo para ir ensayando este mes los nuevos cantos del siguiente mes, ya que cada domingo del presente te sirve de ensayo también. Cuando haya pasado un año, tendrás un repertorio decente para escoger al momento de celebraciones solemnes.

Con uno de mis coros sólo tengo 2 ensayos de hora y media a la semana (lo cual es poco) y como nadie lee solfa, la única manera de aprenderse un canto es repitiéndolo y escuchándolo. Gracias a Dios y a la tecnología, hemos comenzado a resolver esto poniendo un sitio web donde pueden descargar las voces grabadas por mí o por mi compañero director y aprender de memoria su parte, para que a la hora del ensayo sólo lleguemos a montar. Pongo a tu disposición y a la de cualquiera que lo pueda encontrar útil este sitio, cuya única función es compartir esto, no es algo muy serio. Además, encontrarás algunos artículos, y sobre todo, programas de computadora que permiten escribir solfa y reproducir partituras. También están, para este tiempo de navidad, algunos villancicos en partitura con estos programas para que puedas escuchar, aprender, reproducir, o lo que encuentres útil.

El sitio es http://sites.google.com/site/coroparroquialplr

4. Preparación Litúrgica
Se debe conocer de Liturgia no sólo para saber en qué momento cantar, sino qué es lo adecuado para cantar. Y también (algo que la mayoría olvida), para discernir si un determinado canto es adecuado o no para la Liturgia. Se suele caer en el error de entonar cantos "bonitos" o que me han marcado en algún retiro sin determinar si es lo correcto dentro de la misa. En este blog encontrarás uno que otro consejo, pero en los documentos de la Iglesia, en tu misma parroquia, y en Internet encontrarás mucho más. Pero no puedo dejar de decir esto: cantos como "Saber que vendrás" o el Piedad y ofertorio de "La última cena" no son adecuados, pues fueron cantos populares que se les puso letra cristiana, y eso lo prohibe la Liturgia**. Para que algo sea adecuado, además de tanto criterio que existe, debe haber sido compuesto específicamente para ese fin. Nada de venir a ponerle letra cristiana o mariana al "Amor Eterno" de Juan Gabriel, que eso, lejos de ser una innovación, destruye la Liturgia. Hay que tener ese gran cuidado sobre todo en estas fiestas que se aproximan de Fin de Año Litúrgico y preparación del Adviento. Muchos cantos navideños no serían adecuados dentro de la misa, pero se puede hacer una especie de mini conciertos de villancicos una vez terminada la misa, unos dos o tres, para que la gente se contagie también del Espíritu Navideño.

Espero sus comentarios y experiencias también, para que podamos ir creciendo juntos. Que Dios les bendiga.

JC

______
** Después de uno de los comentarios recibidos, y luego de revisar los documentos guardados en casa, no encontré artículo alguno en el cual basar mi comentario al decir que está prohibido por la Liturgia ese tipo de cantos. Entiéndase entonces que es mi opinión personal, por mi experiencia tanto musical como pastoral, la que sugiere no utilizar esos cantos. Distinto es usar cantos populares que contengan algún mensaje positivo, y dentro de un momento adecuado en una celebración especial. Pero cambiar letras a cantos populares para el uso diario en misas, no me parece. Cuando encuentre un documento o cita que reafirme mi posición, la agregaré adecuadamente.

martes, 29 de septiembre de 2009

Ser Músico Católico

Inspirado en un hilo de un foro de músicos católicos de Facebook, comparto ahora mi opinión al respecto del tema, con ciertos elementos ampliados.

Comenzaremos este hilo con algunas definiciones tomadas de la Wikipedia en Español:

Músico: Persona que compone y ejecuta piezas musicales. En el caso de que componga piezas se habla de un compositor, mientras que quienes ejecutan pueden ser instrumentistas (como guitarristas, violinistas, violonchelistas y pianistas, por ejemplo), cantantes, directores de orquesta, etc. También son músicos quienes realizan arreglos musicales y orquestaciones. En la música popular son frecuentes los cantautores, quienes crean e interpretan canciones.

Artista: Persona que realiza o produce obras de arte. La noción de arte varía según la sociedad, pero al artista se le atribuyen tres características. Se suele distinguir entre la aptitud artística, el talento y la genialidad.
La aptitud artística es considerada una disposición o capacidad, natural o adquirida, para producir un tipo especial de objetos considerados artísticos. Como todas las aptitudes, la aptitud artística se educa y se desarrolla a través de una aplicación constante.
Cuando se trata de talento, hablamos de una aptitud poco frecuente, que distingue y singulariza a quien la tiene. Normalmente el talento se atribuye a los artistas con cierto reconocimiento social que han conseguido un estilo o manera propia de hacer las cosas.
La genialidad se refiere a una aptitud de carácter superior: aquella de la que está dotada una persona con una gran capacidad de invención, de organización, de creación. El artista genial es aquel cuyas obras llevan un sello tanto personal como universal. Se considera que sus obras influyen sobre la sociedad y la cultura a la que pertenece.

Ahora bien, para el mundo (entiéndase los que no viven la vida bajo la moral inculcada por Cristo), un artista es una persona de éxito, con obras que a todos gustan, y que le generan grandes ingresos. Siendo así, a nosotros no se nos considera "artistas" porque nuestra música no es comercial, pero eso no es importante. Algunos no nos consideran ni siquiera "músicos" porque no tenemos esa vida mística y perdida, esa sombra que suele acompañar el actuar del "artista" como el mundo lo define. O simplemente porque no nos enseñó una academia a cantar y tocar, sino que aprendimos por amor.

Lo cierto es que toda manifestación de arte debe ser para la Gloria de Dios. La música fue creada para alabarle, la danza, igual. Las artes plásticas y escénicas... todo para representar las grandezas de Dios. Que el mundo haya tomado estas manifestaciones para ponerle otro mensaje, a veces acorde (amor, amistad, valores, etc.), a veces contrarios (sexo, drogas, etc.) no significa que los que interpretamos, hacemos, vivimos y respiramos música de alabanza, adoración y litúrgica seamos de menor calidad que los demás. El profesionalismo normalmente viene acompañado de ingresos por el arte. Pero un profesional es alguien que toma en serio su labor, pone el ciento por uno, y en nuestro caso, la recompensa que esperamos nos seguirá esperando en el cielo, pues se trata de acumular tesoros allá arriba.

Soy músico católico. Soy artista católico. Títulos que me identifican y definen mi misión y labor en la Iglesia. Pero el "título" que realmente me define es que SOY, POR MISERICORDIA, HIJO DE DIOS. Y trato de cumplir el mandato de ir por todo el mundo a anunciar el Evangelio, de poner a trabajar mis talentos (que no son míos, son prestados). Así, el que me escuche, no me escuche a mí sino al dueño del talento, al que inspira mi canto, a Aquel a quien alabo. A esto llamo "el don de la desaparición", que ya no sea yo quien canta, sino el Espíritu Santo. Si no logro esa distinción, si quien me escucha me oye a mí, entonces seré músico, seré intérprete, pero no un músico católico como debo ser, no un alabador como estoy llamado a ser. Y en ese error caigo de vez en cuando.

Pero el Señor, por Su Gracia y Misericordia, me colma de humildad y salgo del error... vuelve a encontrarse a Dios a través de lo que hago. Soy, pues, simplemente un tubo a través del cual baja el Agua Viva... y debo tener el cuidado de mantener limpio el canal, porque si no, bajará el Agua Viva pero no vendrá del todo pura, pues mi testimonio de vida la opacará si no soy quien estoy llamado a ser.

No quiero ser malinterpretado. No quiero dar a entender que para ser músico católico es requisito aprender solo, no estudiar la música. Muy por el contrario: considero que si alguien quiere dedicarse de lleno a esto para Dios, debe prepararse adecuadamente. No sólo en el área espiritual, que es la fuente de lo que se hace, sino en el área musical y técnica también. Hay tantos y tantos grupos y solistas por ahí que no les importa en lo más mínimo la afinación o aprender más sobre el instrumento que ejecutan, porque dicen que "para Dios todo es bonito". Y sí... pero... si realmente lo hacen para Dios, ¿no sería bueno darle lo mejor que uno puede dar? ¿No sería lo mejor ser la persona más lejana a la mediocridad que pueda ser? Claro, todo esto lejos de caer en vanagloria o soberbia, que tanto nos perjudican y que terminan alejando a las personas para quienes el mensaje de Dios va dirigido. Siento que se debe buscar un equilibrio entre lo que Dios quiere de uno (cuando nos dice que pongamos a trabajar nuestros talentos) y lo que Él a manos llenas nos regala (inspiración).

Bendiciones a todas y todos.

jueves, 2 de abril de 2009

Salmos para la Vigilia Pascual

Como la mayoría de directores de coro, para esta época he andado en la búsqueda de los salmos para la Vigilia Pascual. Los más preparados tienen sus salmos listos desde años anteriores, y basta con revisar partituras para tener todo al punto. Habemos otros que solemos musicalizar solamente el estribillo para que el pueblo lo cante, y un lector para a hacer el salmo al ambón. La Liturgia nos permite ambos métodos, cuidando siempre que al menos el salmo de la tercera lectura (el cántico de Moisés) y el salmo previo al evangelio final (el salmo 117) sean cantados.

Pues bien, este año en mi parroquia tomaremos el último de los métodos, pero para aquellos que quieran cantar todos los salmos (yo personalmente no me los puedo todos), he encontrado un par de sitios que les pueden ayudar mucho. Comienzo por el sitio del Grupo Pueblo de Dios, quienes en su portal han hecho un magnífico trabajo de recopilación de todo lo que a lo largo de 32 años han ido construyendo: música para el pueblo. Tienen una Tabla de Salmos que cubre los tres ciclos litúrgicos y los Salmos de la Vigilia, así como los salmos de las celebraciones importantes. Ah, y lo que lo hace más interesante es que son archivos mp3 descargables gratuitamente, siempre y cuando sean usados para la evangelización y no con fines comerciales. El enlace:
http://www.grupopueblodedios.org/gpdmusica/gpdsalmos.php

El otro portal interesante es el que toma el segundo formato, el de cantar solamente las respuestas del pueblo. Para ayudarnos, siempre cuenta con dichas respuestas en formato mp3 descargable y siempre con las mismas condiciones. Se trata del portal católico Nueva Expresión, de México. Acá pueden encontrar los salmos de la vigilia pascual: http://www.nuevaexpresion.com/vigiliapascual.html

Me habría gustado este año hacer un aporte propio, pero no me ha sido posible. Dios tal vez no necesita ahorita de mí en ese sentido. Y como siempre he dicho que para qué reinventar la rueda, les refiero a estos dos portales cuyo trabajo pastoral seguramente enriquecerá también el nuestro. No olviden que siempre estamos llamados a "Cantar al Señor un cántico nuevo...", pero como dice Eclesiástico, "todas las cosas tienen su tiempo, todo lo que está debajo del sol tiene su hora...."(Ec. 3, 1.)

Que Dios les bendiga
Juan Carlos
Enlace

jueves, 5 de febrero de 2009

"Gloria in excelsis Deo"

El Gloria es uno de los himnos más antiguos de nuestra Iglesia. Originalmente no estaba incluído en la celebración Eucarística, sino que era un himno cantado y recitado por las comunidades primitivas.

La Instrucción General del Misal Romano establece en el numeral 53:"El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y glorifica y le suplica al Cordero. El texto de este himno no puede cambiarse por otro. Lo inicia el sacerdote o, según las circunstancias, el cantor o el coro, y en cambio, es cantado simultáneamente por todos, o por el pueblo alternando con los cantores, o por los mismos cantores. Si no se canta, lo dirán en voz alta todos simultáneamente, o en dos coros que se responden el uno al otro. Se canta o se dice en voz alta los domingos fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, en las solemnidades y en las fiestas, y en algunas celebraciones peculiares más solemnes."

Con esto como base, sugerimos lo siguiente:
  • No es un canto presidencial: es un canto de la Asamblea. Puede ser rezados o cantado a dos coros
  • El “Gloria” no puede ser reemplazado por otro canto de alabanza, aunque lleve una Doxología Trinitaria. Debe mantenerse la letra que viene en el Misal, ya que se trata de uno de los más hermosos textos de la iglesia primitiva.
  • Existen formas de cantarlo sin mutilarlo ni alterarlo, y vale la pena adoptarlas o componer nuevas; e incluso recitarlo debidamente, pero en ningún caso seguir cantando que aunque dice “gloria” no tienen nada que ver con este Himno
  • El Gloria es un himno del siglo II. El hecho de que los cristianos canten estos himnos desde hace dieciocho siglos merece veneración y respeto.
  • Habrá que evitar hacer de este himno un canto más.
  • Habrá que evitar también hacer de él un gran trozo de concierto que se escucha estando sentados.
El texto original en latín y castellano es el siguiente:

Latín

Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater omnipotens.
Domine fili unigenite, Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Jesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.

Español

Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias.
Señor Dios, Rey Celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre.
Tu que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tu que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestras súplicas.
Tu que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tu Señor,
Sólo tú Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén

Muchos sacerdotes y comunidades pueden objetar composiciones que no sigan el texto litúrgico. Aunque existe la tendencia muy difundida a sustituir el Gloria por himnos que contengan la palabra Gloria, debe consultarse con el celebrante antes de utilizarse un canto de este tipo. Entre los que pueden causar objeciones se encuentran:

  • Gloria de la Misa Salvadoreña. Aunque sí puede usarse de canto de entrada.
  • Gloria de la Misa Popular Nicaragüense.
  • No sé como alabarte de Kairoi.
  • El canto carismático Gloria a Dios también conocido como "A Él le sea la Gloria".
  • Ahora es Tiempo de Alabar del grupo Maranatha.
Mi sugerencia es que cada grupo evalúe los distintos cantos de Gloria que existen, haga su repertorio, y ensaye con la feligresía al menos uno nuevo cada dos meses, a fin de que la gente los vaya conociendo. En cuanto al texto, ya vimos que no sería mayor problema; todo se remitirá a la parte musical, a la creatividad de los autores de hacer partícipe a la Asamblea, y que los ritmos evoquen que se trata de un Himno, que se trata de una Doxología plena (Alabanza a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo). Así que, adelante, mis hermanas y hermanos músicos.

Juan Carlos García Melgar
__________
Fuentes:
http://www.enciclopediacecilia.org/wiki/Gloria_in_Excelsis_Deo
http://es.wikipedia.org/wiki/Gloria_in_excelsis
http://es.catholic.net/conocetufe/423/2216/articulo.php?id=4627
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20030317_ordinamento-messale_sp.html

domingo, 15 de junio de 2008

El Canto de Entrada

El canto de entrada es la antesala de la Eucaristía. Acompaña la Procesión inicial, con la que el Sacerdote ingresa al Templo acompañado de los acólitos, la Palabra, etc. Marca el principio, el momento a partir del cual la Asamblea recibe a su cabeza, Cristo, representado por el Sacerdote.

Según la Instrucción General del Misal Romano, en su numeral 25, el fin del Canto de Entrada es "...abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del Misterio Litúrgico o de la fiesta." (IGMR, 25) Acá es donde los asistentes a la Eucaristía acompañamos a la Iglesia de Cristo en su caminar y peregrinar hacia la Casa del Padre con entusiasmo y gozo. Entonces, con este canto se marca el comienzo de los Ritos Iniciales de la Eucaristía, mediante esta primera expresión de Fe y unidad.

Estructura del Canto de Entrada
Primero debemos estar conscientes que el Canto de Entrada es un canto de la Asamblea, no es un canto para ser escuchado. Por lo tanto, se debe buscar un canto muy conocido por los fieles o ensayar previamente el canto que se quiere entonar. Recordemos que simboliza el caminar juntos, por eso no debe ser solamente escuchado. Si el Coro o Grupo logra que la Asamblea en conjunto cante este Canto, está haciendo lo que debe hacer. Si, por el contrario, no se escucha que la gente cante, se está incumpliendo con el mandato que el mismo Ministerio le exige a los que cantan: guiar a la Asamblea en la Alabanza.

Ahora bien, el canto de entrada puede llevar una de las siguientes formas:
  • Himno estrófico con estribillos: diálogo entre coro y asamblea.
  • Himno estrófico únicamente: cantado por todos.
  • Antífona y versos de un salmo: forma simple para coro pequeño o solista y asamblea.
  • Tropario gran antífona: respuestas y estrofas para coro, asamblea y/o coro pequeño.
Es necesario, sin embargo, mantener una coherencia en todo momento, sobre todo con el tiempo litúrgico que se esté celebrando. La coherencia debe ir no sólo en el ritmo, sino también en el texto que se está cantando. Por ejemplo, no podríamos cantar "Alegre la mañana que nos habla de ti" a las 6 de la tarde en tiempo de Cuaresma. Primero, porque el texto habla de la mañana, y segundo, porque el tiempo de Cuaresma invita más a la interiorización: es un peregrinar más que un camino jubiloso en ese momento.

Sugerencias para escoger un Canto de Entrada
A continuación daremos algunas sugerencias para escoger un Canto adecuado a la Procesión de entrada. Son tomadas de varias fuentes y de la experiencia personal, y podrían no adaptarse a las costumbres de muchas regiones. Sin embargo, van acordes a la Liturgia, por lo que se pueden considerar universales.
  • Hacer un listado de todos los cantos que se tienen en el repertorio y separar aquellos que hablen sobre caminar, peregrinar, subir, andar juntos como Iglesia, como hermanos, en unidad, los que hablan de ir a la Casa del Padre, los que hablan de llegar al Altar, de ponerse en marcha, de avanzar, de levantarse y continuar, etc. Todos los que tengan carácter procesional.
  • Con la lista separada, revisar los cantos en busca de un toque de entusiasmo, energía y júbilo para animar y cumplir con el fin de la Procesión. Luego, separarlos por tiempo litúrgico: Adviento, Navidad, Cuaresma, Triduo Pascual, Pascua y Tiempo Ordinario. Los que quepan en varios tiempos se pueden repetir.
  • Ahora, separar los cantos que la Asamblea conoce muy bien y que puedan cantarlos. Si la gente no los conoce, se deben ensayar antes de iniciar la Eucaristía. Pero si no es ese el problema, aquí entra un poco la humildad de los que cantan: puede ser que se haya escogido algo muy conocido, pero con un arreglo tan "profesional" que deja un tono muy alto para la Asamblea y no puede seguir al Coro. O un arreglo tan bonito que la gente prefiere escucharlo para no arruinarlo con su propia voz. Si es el caso, se debe reconocer que no se está cumpliendo con la función del Coro, y buscar la participación de todas y todos.
  • Siempre está la posibilidad de escribir una canción nueva, como pide el Salmo. Si la inspiración no llega tan a menudo, se puede recurrir a la Antifona de Entrada de cada domingo. Bastaría que el Grupo o Coro musicalizara esa antífona para tener una nueva opción de Canto de Entrada

Opciones hay, y nuestro deber como músicos que acompañan la Liturgia es conocerlas y saberlas poner en práctica. Algo que no debe olvidarse es que no importa nuestro nivel o talento musical: lo importante es qué tanto sabemos dar de lo nuestro a los demás, a los que asisten asiduamente y a los que sólo llegan de vez en cuando. Cada vez que alguien entre al Templo donde nosotros demos el servicio, debe sentirse parte de esa Asamblea que camina con la Iglesia Peregrina. Y eso no sólo es disposición del corazón del asistente, también depende de qué tan bien hagamos solamente lo que nos toca hacer. Que Dios les bendiga.

Juan Carlos García Melgar

jueves, 5 de junio de 2008

El Salmo Responsorial

Nuestro tema de ahora es el Salmo Responsorial. Ese bello extracto de texto tomado de la Biblia, al cual no se le responde "Palabra de Dios" ni "Palabra del Señor", sino que se suele escoger uno de sus versículos para conmemorarlo...

Dicen los estudiosos que la mayor parte de los Salmos fueron escritos por el Rey David. Siendo así, quiere decir que los Salmos son canciones, cantos, bellos poemas (pues el Rey David era un artista), y no simples textos en prosa. Entonces, ¿por qué solemos degradarlos? Quiero decir, ¿por qué, si son bellos cantos o poemas, solemos leerlos en lugar de entonarlos, o les aplicamos una salmodia aburrida e igual domingo tras domingo? Para ilustrarnos mejor, es necesario que comprendamos un poco su lugar en la Liturgia.

Ubicación en la Liturgia
La dinámica de la celebración de la misa coloca un salmo después de la Primera Lectura como para mantener un diálogo entre Dios y su pueblo. Un pequeño esquema:
  • Dios habla a Su pueblo (1a Lectura)
  • El pueblo responde (Salmo)
  • Los apóstoles hablan sobre las maravillas de Dios (2a Lectura)
  • El pueblo se prepara para recibir de nuevo la Palabra de Dios (Aclamación)
  • Dios habla a través del Verbo (Jesús, lectura del Evangelio)
Como vemos, el Salmo es una parte importante de este diálogo, es la respuesta que nuestro corazón tiene a la Palabra recibida. Entonces es necesario darle el lugar que merece.

Situación en las celebraciones actuales
En muchas parroquias se sustituye el Salmo por otro canto debido a:
  • que la literatura de los salmos no se adapta a la mentalidad contemporánea
  • que las músicas propuestas para el canto del salmo suelen ser menos atrayentes que las de otros cantos modernos
  • que la lectura de un salmo es delicada y monótona
En otros casos, se deja siempre el mismo salmo, pero se le degrada cuando
  • es leído por la misma persona que lee la Primera Lectura
  • se lee como un texto más, sin entonación ni respeto a la rima
  • por estar pendiente del estribillo, la asamblea no saborea la riqueza del resto del texto.

La importancia del Salmo
Pues bien, no queriendo profundizar mucho, haremos unas cuantas observaciones sobre los salmos:
  1. Los Salmos son plegarias: Y me atrevo a decir que son una forma de plegaria que actualmente no nos nace del corazón. Son un modo de hablar con Dios mucho más amplio que el nuestro, que alarga nuestra plegaria en el tiempo por su antigüedad y en la fe por su riqueza y diversidad
  2. Los Salmos son cantos poéticos: Nos llevan a un espacio donde la inteligencia se ve fortalecida por la sensibilidad. Un lugar donde la misma Palabra nos abre a un lenguaje universal
  3. Los Salmos son Palabra de Dios: Sí. Aunque vemos tanto humanismo en ellos, a veces palabras que le reclaman a Dios, o que le piden perdón, o que le alaban y bendicen, son una hermosa manera que tiene Dios para hablarnos. Además, forman parte de la Palabra de Dios así como las otras lecturas y los Evangelios, y por ello no debemos sustituirlos por nada, mucho menos en la Liturgia.
La ejecución de los Salmos
Claro que a esta altura se pueden preguntar por qué el Salmo es víctima de tanto abandono por parte de los Ministros de la Palabra, salmistas y cantores. Y lo digo así, porque la palabra Salmo proviene del vocablo griego "psalmos" que significa "canto acompañado de instrumentos". Es un canto poético, degradado por nosotros mismos a una lectura más. Es como que en un cumpleaños, en lugar de cantar la famosa tonada de "Cumpleaños feliz" al agasajado, alguien tomara la palabra y la recitara... Pues bien, apoyados en un artículo del Centro de Pastoral Litúrgica de Francia, daremos a continuación algunas sugerencias sobre cómo rescatar este olvidado extracto de la Palabra de Dios.

La música

Tratemos de devolverle al salmo la cualidad de pieza musical así:
  • Existe un gran número de fórmulas salmódicas (melodías de fórmula gregoriana) que pueden sostener el salmo. No siempre son bellas, ni siempre se ajustan exactamente al caracter del salmo, pero mantienen una distancia entre texto leído y cantado... podrían hasta sonar como una canción. El salmista va modulando el texto para que se adapte, estira alguna sílaba, encoge otra, todo para que el pueblo también pueda responder entonando la salmodia.
  • A lo largo del tiempo, muchos salmos se han ido fortaleciendo hasta convertirse en cantos ya elaborados y rítmicos, como "Este es el día" (117), "Tu Reino es Vida" (71) o "Tu Palabra me da Vida" (118) por mencionar algunos. Esto es apropiado para fiestas o de vez en cuando, pero no cada domingo aunque se conozca la canción.
  • Si no hay quien cante (o no lo pueda entonar bien), éste es un buen momento para un organista o guitarrista. Se puede hacer un acompañamiento musical discreto mientras un buen lector declama el salmo. Pero hay que tener el cuidado de no tocar algo conocido que distraiga a la asamblea.
  • También pueden ser arpegios simples de piano u otro instrumento adecuado. La idea es manetener la sencillez, centrar la atención a la plegaria o texto, no a la música.
  • Recomendamos el uso de tonos mayores cuando se trata de júbilo y alegría, alabanza y demás, y de tonos menores para perdón, piedad, súplica, plegaria, etc.
  • En algunos casos puede ser útil el contar con un fondo musical pregrabado, sin voces, para que sirva de base al salmista mientras declama. Eso sí, la música escogida debe tener cierta relación con la atmósfera que se crea en el texto del salmo. No debe ser una melodía popular, pues generaría distracción entre la feligresía.
  • Si ninguna de las opciones anteriores es viable, siempre se puede recurrir al uso de un interludio musical entre la lectura y el salmo, para resaltar el cambio de género literario. Entonces, toda la responsabilidad recae sobre el salmista.
La declamación
Cualquier Ministro de la Palabra sabe muy bien que las lecturas se preparan con suficiente anticipación. Se sabe también que se proclaman desde el Leccionario en el ambón y no desde un misalito que se toma al llegar a la iglesia cinco minutos antes de la misa. Pero en el caso del salmista, la responsabilidad es mayor, pues tiene la obligación de "vivir" lo que está leyendo para transmitirlo así a los demás, ya que se trata de un canto poético. No entraremos en detalle sobre cómo debe prepararse, pero sí en algunas sugerencias de cómo puede rescatarse el Salmo Responsorial de la mano de un buen salmista.
  • Un salmo aprendido de memoria y declamado sin leer (o viendo por momentos) puede ser muy atrayente, con el cuidado de no robar protagonismo ni al texto, ni al Señor, en cuya cena nos encontramos.
  • Un salmo dialogado entre dos personas, dependiendo del género literario, también es posible.
  • Un salmo leído a media voz por todos y declamado al mismo tiempo por uno solo.
  • No es obligatorio que la asamblea responda al salmo (la R/ del Misal), pero si lo hace, es preferible que sea cantado. Un buen lector será capaz de llevar a la Asamblea por una respuesta muy bien entonada, tanto, que sonará como canción aunque no utilice alguna salmodia.
  • Se debe respetar el género literario. No se leerá (o cantará) un salmo de alabanza de la misma manera que un salmo de súplica o plegaria; un salmo individual de la misma forma que uno colectivo. El Salmista debe estar preparado para cada género, así como los músicos que le acompañen.

Conclusiones
Hay mucho que se puede hacer por rescatar los Salmos. En cada parroquia, el grupo encargado de la Liturgia observará a la feligresía y tomará la mejor opción para seguir dentro de la Liturgia. Esto incluye hablar con los músicos y lectores.

Los músicos estamos llamados a crear nuevas melodías, como reza el Salmo, hay que "Cantar al Señor un cántico nuevo". Es muestra de dar frutos el crear melodías para los salmos, sencillas, lo suficientemente fuertes para sostener el peso de tanta obra literaria. O de ejecutar nuestro instrumento adecuadamente, como apoyo al que lea. Es deber también de los lectores el prepararse, dejarse inspirar por el Espíritu mismo que inspiró a aquellos hombres a escribir tan bellas canciones, y que hoy, miles de años después, se mantienen con esa riqueza milenaria para nosotros, como sólo Dios es capaz de mantener, pues Él es el mismo ayer, hoy y siempre.

Que Dios les bendiga.
Juan Carlos García Melgar