domingo, 15 de junio de 2008

El Canto de Entrada

El canto de entrada es la antesala de la Eucaristía. Acompaña la Procesión inicial, con la que el Sacerdote ingresa al Templo acompañado de los acólitos, la Palabra, etc. Marca el principio, el momento a partir del cual la Asamblea recibe a su cabeza, Cristo, representado por el Sacerdote.

Según la Instrucción General del Misal Romano, en su numeral 25, el fin del Canto de Entrada es "...abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del Misterio Litúrgico o de la fiesta." (IGMR, 25) Acá es donde los asistentes a la Eucaristía acompañamos a la Iglesia de Cristo en su caminar y peregrinar hacia la Casa del Padre con entusiasmo y gozo. Entonces, con este canto se marca el comienzo de los Ritos Iniciales de la Eucaristía, mediante esta primera expresión de Fe y unidad.

Estructura del Canto de Entrada
Primero debemos estar conscientes que el Canto de Entrada es un canto de la Asamblea, no es un canto para ser escuchado. Por lo tanto, se debe buscar un canto muy conocido por los fieles o ensayar previamente el canto que se quiere entonar. Recordemos que simboliza el caminar juntos, por eso no debe ser solamente escuchado. Si el Coro o Grupo logra que la Asamblea en conjunto cante este Canto, está haciendo lo que debe hacer. Si, por el contrario, no se escucha que la gente cante, se está incumpliendo con el mandato que el mismo Ministerio le exige a los que cantan: guiar a la Asamblea en la Alabanza.

Ahora bien, el canto de entrada puede llevar una de las siguientes formas:
  • Himno estrófico con estribillos: diálogo entre coro y asamblea.
  • Himno estrófico únicamente: cantado por todos.
  • Antífona y versos de un salmo: forma simple para coro pequeño o solista y asamblea.
  • Tropario gran antífona: respuestas y estrofas para coro, asamblea y/o coro pequeño.
Es necesario, sin embargo, mantener una coherencia en todo momento, sobre todo con el tiempo litúrgico que se esté celebrando. La coherencia debe ir no sólo en el ritmo, sino también en el texto que se está cantando. Por ejemplo, no podríamos cantar "Alegre la mañana que nos habla de ti" a las 6 de la tarde en tiempo de Cuaresma. Primero, porque el texto habla de la mañana, y segundo, porque el tiempo de Cuaresma invita más a la interiorización: es un peregrinar más que un camino jubiloso en ese momento.

Sugerencias para escoger un Canto de Entrada
A continuación daremos algunas sugerencias para escoger un Canto adecuado a la Procesión de entrada. Son tomadas de varias fuentes y de la experiencia personal, y podrían no adaptarse a las costumbres de muchas regiones. Sin embargo, van acordes a la Liturgia, por lo que se pueden considerar universales.
  • Hacer un listado de todos los cantos que se tienen en el repertorio y separar aquellos que hablen sobre caminar, peregrinar, subir, andar juntos como Iglesia, como hermanos, en unidad, los que hablan de ir a la Casa del Padre, los que hablan de llegar al Altar, de ponerse en marcha, de avanzar, de levantarse y continuar, etc. Todos los que tengan carácter procesional.
  • Con la lista separada, revisar los cantos en busca de un toque de entusiasmo, energía y júbilo para animar y cumplir con el fin de la Procesión. Luego, separarlos por tiempo litúrgico: Adviento, Navidad, Cuaresma, Triduo Pascual, Pascua y Tiempo Ordinario. Los que quepan en varios tiempos se pueden repetir.
  • Ahora, separar los cantos que la Asamblea conoce muy bien y que puedan cantarlos. Si la gente no los conoce, se deben ensayar antes de iniciar la Eucaristía. Pero si no es ese el problema, aquí entra un poco la humildad de los que cantan: puede ser que se haya escogido algo muy conocido, pero con un arreglo tan "profesional" que deja un tono muy alto para la Asamblea y no puede seguir al Coro. O un arreglo tan bonito que la gente prefiere escucharlo para no arruinarlo con su propia voz. Si es el caso, se debe reconocer que no se está cumpliendo con la función del Coro, y buscar la participación de todas y todos.
  • Siempre está la posibilidad de escribir una canción nueva, como pide el Salmo. Si la inspiración no llega tan a menudo, se puede recurrir a la Antifona de Entrada de cada domingo. Bastaría que el Grupo o Coro musicalizara esa antífona para tener una nueva opción de Canto de Entrada

Opciones hay, y nuestro deber como músicos que acompañan la Liturgia es conocerlas y saberlas poner en práctica. Algo que no debe olvidarse es que no importa nuestro nivel o talento musical: lo importante es qué tanto sabemos dar de lo nuestro a los demás, a los que asisten asiduamente y a los que sólo llegan de vez en cuando. Cada vez que alguien entre al Templo donde nosotros demos el servicio, debe sentirse parte de esa Asamblea que camina con la Iglesia Peregrina. Y eso no sólo es disposición del corazón del asistente, también depende de qué tan bien hagamos solamente lo que nos toca hacer. Que Dios les bendiga.

Juan Carlos García Melgar

jueves, 5 de junio de 2008

El Salmo Responsorial

Nuestro tema de ahora es el Salmo Responsorial. Ese bello extracto de texto tomado de la Biblia, al cual no se le responde "Palabra de Dios" ni "Palabra del Señor", sino que se suele escoger uno de sus versículos para conmemorarlo...

Dicen los estudiosos que la mayor parte de los Salmos fueron escritos por el Rey David. Siendo así, quiere decir que los Salmos son canciones, cantos, bellos poemas (pues el Rey David era un artista), y no simples textos en prosa. Entonces, ¿por qué solemos degradarlos? Quiero decir, ¿por qué, si son bellos cantos o poemas, solemos leerlos en lugar de entonarlos, o les aplicamos una salmodia aburrida e igual domingo tras domingo? Para ilustrarnos mejor, es necesario que comprendamos un poco su lugar en la Liturgia.

Ubicación en la Liturgia
La dinámica de la celebración de la misa coloca un salmo después de la Primera Lectura como para mantener un diálogo entre Dios y su pueblo. Un pequeño esquema:
  • Dios habla a Su pueblo (1a Lectura)
  • El pueblo responde (Salmo)
  • Los apóstoles hablan sobre las maravillas de Dios (2a Lectura)
  • El pueblo se prepara para recibir de nuevo la Palabra de Dios (Aclamación)
  • Dios habla a través del Verbo (Jesús, lectura del Evangelio)
Como vemos, el Salmo es una parte importante de este diálogo, es la respuesta que nuestro corazón tiene a la Palabra recibida. Entonces es necesario darle el lugar que merece.

Situación en las celebraciones actuales
En muchas parroquias se sustituye el Salmo por otro canto debido a:
  • que la literatura de los salmos no se adapta a la mentalidad contemporánea
  • que las músicas propuestas para el canto del salmo suelen ser menos atrayentes que las de otros cantos modernos
  • que la lectura de un salmo es delicada y monótona
En otros casos, se deja siempre el mismo salmo, pero se le degrada cuando
  • es leído por la misma persona que lee la Primera Lectura
  • se lee como un texto más, sin entonación ni respeto a la rima
  • por estar pendiente del estribillo, la asamblea no saborea la riqueza del resto del texto.

La importancia del Salmo
Pues bien, no queriendo profundizar mucho, haremos unas cuantas observaciones sobre los salmos:
  1. Los Salmos son plegarias: Y me atrevo a decir que son una forma de plegaria que actualmente no nos nace del corazón. Son un modo de hablar con Dios mucho más amplio que el nuestro, que alarga nuestra plegaria en el tiempo por su antigüedad y en la fe por su riqueza y diversidad
  2. Los Salmos son cantos poéticos: Nos llevan a un espacio donde la inteligencia se ve fortalecida por la sensibilidad. Un lugar donde la misma Palabra nos abre a un lenguaje universal
  3. Los Salmos son Palabra de Dios: Sí. Aunque vemos tanto humanismo en ellos, a veces palabras que le reclaman a Dios, o que le piden perdón, o que le alaban y bendicen, son una hermosa manera que tiene Dios para hablarnos. Además, forman parte de la Palabra de Dios así como las otras lecturas y los Evangelios, y por ello no debemos sustituirlos por nada, mucho menos en la Liturgia.
La ejecución de los Salmos
Claro que a esta altura se pueden preguntar por qué el Salmo es víctima de tanto abandono por parte de los Ministros de la Palabra, salmistas y cantores. Y lo digo así, porque la palabra Salmo proviene del vocablo griego "psalmos" que significa "canto acompañado de instrumentos". Es un canto poético, degradado por nosotros mismos a una lectura más. Es como que en un cumpleaños, en lugar de cantar la famosa tonada de "Cumpleaños feliz" al agasajado, alguien tomara la palabra y la recitara... Pues bien, apoyados en un artículo del Centro de Pastoral Litúrgica de Francia, daremos a continuación algunas sugerencias sobre cómo rescatar este olvidado extracto de la Palabra de Dios.

La música

Tratemos de devolverle al salmo la cualidad de pieza musical así:
  • Existe un gran número de fórmulas salmódicas (melodías de fórmula gregoriana) que pueden sostener el salmo. No siempre son bellas, ni siempre se ajustan exactamente al caracter del salmo, pero mantienen una distancia entre texto leído y cantado... podrían hasta sonar como una canción. El salmista va modulando el texto para que se adapte, estira alguna sílaba, encoge otra, todo para que el pueblo también pueda responder entonando la salmodia.
  • A lo largo del tiempo, muchos salmos se han ido fortaleciendo hasta convertirse en cantos ya elaborados y rítmicos, como "Este es el día" (117), "Tu Reino es Vida" (71) o "Tu Palabra me da Vida" (118) por mencionar algunos. Esto es apropiado para fiestas o de vez en cuando, pero no cada domingo aunque se conozca la canción.
  • Si no hay quien cante (o no lo pueda entonar bien), éste es un buen momento para un organista o guitarrista. Se puede hacer un acompañamiento musical discreto mientras un buen lector declama el salmo. Pero hay que tener el cuidado de no tocar algo conocido que distraiga a la asamblea.
  • También pueden ser arpegios simples de piano u otro instrumento adecuado. La idea es manetener la sencillez, centrar la atención a la plegaria o texto, no a la música.
  • Recomendamos el uso de tonos mayores cuando se trata de júbilo y alegría, alabanza y demás, y de tonos menores para perdón, piedad, súplica, plegaria, etc.
  • En algunos casos puede ser útil el contar con un fondo musical pregrabado, sin voces, para que sirva de base al salmista mientras declama. Eso sí, la música escogida debe tener cierta relación con la atmósfera que se crea en el texto del salmo. No debe ser una melodía popular, pues generaría distracción entre la feligresía.
  • Si ninguna de las opciones anteriores es viable, siempre se puede recurrir al uso de un interludio musical entre la lectura y el salmo, para resaltar el cambio de género literario. Entonces, toda la responsabilidad recae sobre el salmista.
La declamación
Cualquier Ministro de la Palabra sabe muy bien que las lecturas se preparan con suficiente anticipación. Se sabe también que se proclaman desde el Leccionario en el ambón y no desde un misalito que se toma al llegar a la iglesia cinco minutos antes de la misa. Pero en el caso del salmista, la responsabilidad es mayor, pues tiene la obligación de "vivir" lo que está leyendo para transmitirlo así a los demás, ya que se trata de un canto poético. No entraremos en detalle sobre cómo debe prepararse, pero sí en algunas sugerencias de cómo puede rescatarse el Salmo Responsorial de la mano de un buen salmista.
  • Un salmo aprendido de memoria y declamado sin leer (o viendo por momentos) puede ser muy atrayente, con el cuidado de no robar protagonismo ni al texto, ni al Señor, en cuya cena nos encontramos.
  • Un salmo dialogado entre dos personas, dependiendo del género literario, también es posible.
  • Un salmo leído a media voz por todos y declamado al mismo tiempo por uno solo.
  • No es obligatorio que la asamblea responda al salmo (la R/ del Misal), pero si lo hace, es preferible que sea cantado. Un buen lector será capaz de llevar a la Asamblea por una respuesta muy bien entonada, tanto, que sonará como canción aunque no utilice alguna salmodia.
  • Se debe respetar el género literario. No se leerá (o cantará) un salmo de alabanza de la misma manera que un salmo de súplica o plegaria; un salmo individual de la misma forma que uno colectivo. El Salmista debe estar preparado para cada género, así como los músicos que le acompañen.

Conclusiones
Hay mucho que se puede hacer por rescatar los Salmos. En cada parroquia, el grupo encargado de la Liturgia observará a la feligresía y tomará la mejor opción para seguir dentro de la Liturgia. Esto incluye hablar con los músicos y lectores.

Los músicos estamos llamados a crear nuevas melodías, como reza el Salmo, hay que "Cantar al Señor un cántico nuevo". Es muestra de dar frutos el crear melodías para los salmos, sencillas, lo suficientemente fuertes para sostener el peso de tanta obra literaria. O de ejecutar nuestro instrumento adecuadamente, como apoyo al que lea. Es deber también de los lectores el prepararse, dejarse inspirar por el Espíritu mismo que inspiró a aquellos hombres a escribir tan bellas canciones, y que hoy, miles de años después, se mantienen con esa riqueza milenaria para nosotros, como sólo Dios es capaz de mantener, pues Él es el mismo ayer, hoy y siempre.

Que Dios les bendiga.
Juan Carlos García Melgar

Café con Dios


Dios, que siempre está entre nosotros, que siempre nos acompaña, que nos escucha y consuela (cuando lo permitimos) quiere platicar contigo...
¿Has hecho el tiempo alguna vez para "tomarte" una taza de café con Dios? Bueno, pero si lo haces con tu mejor amigo o amiga cuando algo no anda bien en tu vida, cuando necesitas que te escuchen o recibir un buen consejo...

Con estas ideas nació, hace algunos años, el Proyecto "Café con Dios". Fue madurando hasta cambiar un poco su concepto, y convertirse en el "espacio del Artista Cristiano". Desde el año 2003 hemos tenido solamente 3 ediciones, pero todas han estado llenas de bendición, de Su Presencia, de Su Espíritu, de Su Amor. Hoy queremos anunciar el inicio de una nueva etapa: lanzamos el Blog Oficial del Proyecto, al que pueden acceder desde el logotipo a la izquierda. Ahi iremos realizando encuestas y dando avances del proyecto, que si Dios lo permite, será una realidad física más que un concepto. Dios irá poniendo las cosas en su lugar. Lo que nos queda por el momento es no perder la calma, tener más fe, creer en Él... así que, pido sus oraciones para que este proyecto avance, y su colaboración con visitar el sitio.

http://cafe-con-dios.blogspot.com


Juan Carlos García Melgar

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Cruzada por la Fe?

Hoy tomaremos prestado un tema de un buen amigo, Felipe Ronquillo, guitarrista de la Banda Christos. Desde su experiencia nos comparte un interesante artículo sobre la Fe Católica, vista desde los ojos de un músico que trata de evangelizar por medios diferentes a los comerciales. Me siento identificado, puesto que la mayoría de miembros de la Red Caritas Christi somos eso: músicos que tratamos de ver diferentes las cosas, o como dice Daniel Poli, "no somos artistas cristianos, sino cristianos que hacemos música". El arte, pues, lejos de ser el fin de nuestra expresión, se convierte en nuestro estandarte, nuestro medio para evangelizar. Lean el artículo de Felipe acá, y luego coméntenlo en este blog si lo desean. Luego iremos dando otros temas para compartir.

Juan Carlos García Melgar

miércoles, 16 de abril de 2008

Música Católica entre música secular

Primero, saludarles de nuevo, y que la Paz del Señor inunde sus corazones y ministerios.

Es un tema interesante. Yo tengo 16 años cantando y sirviendo en mi parroquia. Durante ese tiempo, canté por 7 años en bares y restaurantes cercanos a mi casa, dias jueves, viernes y sábados, pero el domingo estaba puntual en las tres misas en las que servía. Hace 6 años que tomé la decisión de cantarle al Señor en exclusiva, y dedicar mi talento a Él. Esto implicó dejar de cantar en bares la música "del mundo" y comenzar con la música que Dios me inspiró. No fue fácil, y poco a poco tuve que ir dejando los bares también, pues a la gente no le resultaba cómodo beber cerveza y escuchar un mensaje de Dios. Tal vez no tuve la fuerza necesaria para tratar siquiera, tal vez debí intentarlo o deba intentarlo de nuevo, como Migueli hace en España. Lo cierto es que la experiencia ganada me permitió servir mejor en el Ministerio que escogí.

Mientras cantaba en bares, escogía la música cuyo mensaje no contradijera valores cristianos. Por ejemplo, una canción que hablara de infidelidades (como casi todas las de Arjona hoy en día) yo optaba por no cantarla, a pesar que esto causaba malestares a veces en el público. Optaba mejor por canciones de la Trova, en el área romántica, etc.

Digo todo esto porque también intenté llegar a las radios de mi país, El Salvador. La respuesta fue muy mala: "no es música del formato que transmitimos". Fui a radios evangélicas, y la misma historia: no podían incluír ningún tema por llevar una canción a María. Aún dije "programen las demás, las que no dicen nada en contra de las creencias de ninguno" pero no, pues tenían reglas. Solamente las dos radios católicas de FM de mi país comenzaron a transmitir mi música.

Dios no olvida, y me dio la oportunidad de viajar y cantar más allá, en Europa, ante un público en su mayoría ateo o luterano y en otro idioma. El mensaje llegó, y me quedó claro lo que quiero ahora compartirles.

Para definir el rumbo a seguir en la parte de la música sugiero considerar esto:

El medio adecuado para transmitir la música
No se trata sólo de qué radio usaré, sino qué estilo llevará mi canción. Si quiero algo que hable de perdón, por ejemplo, no lo haré con una salsa, pues el mismo ritmo me invita a bailar, y se pierde un poco el sentido de lo que pido. Otra es que si busco que mi música llegue a un segmento en particular, digamos, niños, no buscaré que la transmitan en radios con un formato más para adultos o juvenil, puesto que será rechazada.

El mundo está sediento de verdad
¡Pues hay que darle lo que necesita, no lo que quiere! Llevar la Verdad de Dios a otros es nuestra misión, y para que nos entiendan, a veces debemos usar los medios del mundo. Pero ojo, usar los medios del mundo sin ser del mundo es nuestra misión. No porque todos pirateen yo debo piratear para que llegue un mensaje a los demás, porque entonces estoy pecando (No robarás). Se puede hacer las cosas bien sin caer en malos hábitos. Es más fácil que una persona que busca la verdad la encuentre en una estación de radio favorita a que llegue un domingo cualquiera a misa. Una vez el mensaje ha llegado, esta persona buscará acercarse a Dios y llegará a la misa.

No descuidemos el mensaje
¿De qué serviría que una melodía sea pegajosa si no dice nada? La respuesta la encontramos en cualquier radio hoy en día. Mucho ritmo, a veces pegajoso, a veces chocante, mismo estilo... y nada que alimente al alma. El mensaje de Dios, la Palabra hecha canción, debe anunciar y denunciar, debe quemar nuestros labios y llenarnos de alegría, pues es la Buena Nueva. NO hagamos una canción "bonita" que no diga lo que tiene que decir (autocensura) sólo para que sea vendible o que la quieran transmitir en otras radios.

Ahora bien, si lo que hacemos es música con valores cristianos y que no necesariamente mencione a Jesucristo cada tres palabras, tampoco hay problema. Se trata, repito, de evangelizar, pero como Dios nos lo haya pedido, no como mercadológicamente nos convenga.

Las perlas a los cerdos...
Muchos argumentan que mezclar la música en los medios no debe hacerse. Lo de tirar las perlas a los cerdos... sí, aplica, pero deja que tu conciencia te guíe. ¿Quién eres tú para callar lo que Dios pone en tu corazón? "Lo que les digo al oído proclámenlo desde lo alto"...

Cada vez que tengas la opción u oportunidad de masificar un mensaje, entra en oración y pregúntale a Dios si es eso lo que quiere de ti. Estamos todos claros que la idea es evangelizar, pero... ¿seré yo el instrumento? ¿Será mi hermano? ¿Qué pierdes preguntándole a Aquel que te dio el don?



Yo me hice estas preguntas, y la respuesta que recibí es que no ha llegado mi momento para evangelizar de esta forma. Tengo, digámoslo así, otro "mercado". Habrá otros hermanos, como Alfareros, que estarán mejor preparados para enfrentar al mundo desde ese frente. Pero como dice Luis Enrique Ascoy, hay tres frentes de batalla en el mundo de la música católica: Adoración, Litúrgico y Evangelización. Yo estoy combinando los últimos dos, puesto que hoy en día es más difícil cantarle a la gente que dice conocer a Dios. Antes, la Iglesia evangelizaba y luego bautizaba; hoy es al revés, debemos evangelizar a los bautizados, y es muy difícil, pues la mayoría siente que ya está bien, y buscan a Dios sólo por necesidad.

Y por último, para responder a la pregunta de si incluir alabanzas en medios seculares es evangelizar o es banalizar el mensaje, yo les doy mi opinión (que no es dogma y estará equivocada tal vez): si lo hace aquél que Dios ha preparado para ello, ES EVANGELIZAR, pues lo que Dios ha mandado no quedará sin fruto. Si lo hace aquél otro que lo quiere hacer, pero no porque Dios se lo haya aclarado o pedido sino por otros motivos, o cree que es Dios quien lo manda pero no le pregunta, es mediocridad, y debemos estar firmes y ser obedientes.

Que Dios les bendiga, hermanas y hermanos alabadores. Oremos juntos para que Su Espíritu siga guiando nuestros caminos, e ilumine el paso siguiente a dar en esta misión.

Juan Carlos García Melgar

sábado, 22 de marzo de 2008

¿Debo cobrar por un servicio musical?

De todos los músicos es sabido que vivir de la música es posible si se cumplen algunas condiciones. No entraremos en detalles, puesto que la gran mayoría aplican a los músicos que se dedican al entretenimiento o a un tipo distinto de música. La católica, por otro lado, es algo más complejo.

Tocaremos ahora algunos puntos o momentos en los que se le muestra al músico la encrucijada: ¿cobro por este servicio? ¿Lo doy gratis y el Señor se encarga luego? Como siempre, la intención de este foro es vertir no sólo mi opinión, sino compartir la de otras y otros que se sientan identificados con el tema.

En la Eucaristía
En más de una ocasión hemos sido llamados a "tocar una misa". Algunas veces lo hacemos como labor pastoral, porque pertenecemos a algún coro o grupo o hay algún evento extra. Otras veces, sin embargo, es una especie de "contratación": misa especial, boda, 15 años, fin de novenario, etc. Hay iglesias que cuentan con músicos "de planta", quienes reciben un pago mensual por su servicio, a manera de ayuda económica por su tiempo. Pero en la mayoría de iglesias esto no es así. Les diré qué hago yo cuando me veo en este caso.

  • Si la eucaristía es dominical, en nuestra parroquia están ya organizados los grupos, solistas y coros que tienen a su cargo determinado horario de misa, por lo que no se cambia. Ninguno de ellos recibe un pago por ese servicio, es un trabajo pastoral.
  • Si es una celebración no dominical y especial (boda, 15 años, acción de gracias, etc.), primero veo quién me lo pide. Si la persona pertenece a las comunidades parroquiales, veo mi tiempo y no cobro absolutamente nada, siempre que sea en mi misma parroquia. Si, por el contrario, no es en mi parroquia o es amigo, pariente, conocido, etc, de alguien de la comunidad parroquial, entonces considero el cobro. Éste dependerá de distancia, horario, etc.
  • Cuando es un sacerdote quien me lo pide, o una comunidad ajena a mi parroquia, también considero el cobro. El cobro puede implicar solamente el transporte o un aporte económico, dependiendo de las circunstancias o lo que el Espíritu me guié.
En un concierto
Ésta es quizás la forma más difícil para mí. La gran mayoría de veces los conciertos son para recaudar fondos, así que entre menos gastos tengan los organizadores, mejor. Yo lo que hago es:
  • Si es por mi parroquia o alguna comunidad parroquial, no cobro nada (es mi servicio pastoral)
  • Si es una participación pequeña, basta con agua o transporte
  • Cuando es una participación grande, utilizo el consejo que Luis Enrique Ascoy me diera un día: cobro CDs. ¿Cómo? Pues eso, por ejemplo, yo les "cobro" 5 o más discos (es decir, les vendo a un precio más bajo que en librerías), y ellos pueden revenderlos durante el evento o posteriormente, recuperando su inversión con ganancia (si quieren) y mientras, la música se va distribuyendo de forma legal
  • Una cuarta opción es que no cobre nada, pero me dejen poner a la venta mi música. Esta es la menos usada, puesto que normalmente viajo solo y no tengo quién se ponga a vender los discos.
En un retiro, charla, convivencia
Con estos momentos el "cobro" es diferente: no puedo vender música en un retiro, pues se pierde el sentido. Así que lo que hago es:
  • Si es en mi parroquia, o un retiro de mi parroquia, no hay cobro, es mi servicio Pastoral
  • Si me toca también dar un tema, no varía.
  • En todas las demás situaciones, al menos el transporte debe ser proporcionado por los organizadores

Para todas las situaciones anteriores, normalmente se me pide también el sonido. En las que hay un cobro, este cobro incluye el sonido. En las que no, también, puesto que lo considero parte de mi servicio pastoral.

Debo agregar que el sonido, las producciones, los medios de transporte, etc, son "financiados" por este tipo de cobro por el servicio prestado. Sé muy bien quién es el dueño de todo, de quién viene todo. Estoy muy claro que Dios dispone, pero también que las cosas no se materializan en la sala de mi casa, sino que Dios pone los medios o las oportunidades para que, en lo justo, reciba un ingreso que me permita seguirle sirviendo. Sin usura, sin exageraciones, sin hacer mío nada de lo que recibo, y entregando el diezmo de lo recibido, voy construyendo el Ministerio que Dios ha puesto en mis manos. También tengo claro cuál es mi Servicio Pastoral, el llamado o misión que he recibido y cómo lo hago realidad.

Ahora queda en las manos de ustedes, los lectores, para que opinen al respecto. Siempre teniendo en cuenta que la Palabra dice "Dad gratis lo que gratis recibisteis" (Mt 10,8.) pero también que "El obrero merece su salario"(Lc. 10,7.). Yo he esclarecido mi forma de trabajo por los últimos 15 años, con la venia de mi guía espiritual. Les invito a hacer lo mismo, a dejarse guiar, y, en lo posible, a no criticar a otros, sino a ser guías, como guiamos al Pueblo en la Alabanza.

Que Dios les bendiga
Juan Carlos García Melgar

miércoles, 30 de enero de 2008

Música Católica: ¿Libre o con Derechos?

Desde hace un tiempo se viene una batalla moral entre los músicos católicos: ¿se deben registrar sus obras? ¿Hay que protegerlas para no ser víctimas de piratería? ¿Es ilegal copiarle a otro un disco de un artista X para "evangelizar"?

Estas y otras preguntas surgen a medida uno se va involucrando en el mundo de la música. En el ambiente popular no suele haber discusión, pero en el ambiente religioso hay posiciones encontradas. Si se usa "sin fines de lucro" entoces debe ser gratis, dicen algunos, puesto que la Palabra dice "Dad gratis lo que gratis recibisteis" (Mt 10,8.) La otra posición es que "El obrero merece su salario"(Lc. 10,7.) Entonces, ¿qué hacer?

La Hermana Glenda hacía, hace un par de años más o menos, una reflexión sobre el Futuro de la Música Católica, en donde dejaba en claro la tendencia actual de rating y altas ventas hacia la que se dirige nuestra música. (artículo disponible acá) Luego, Daniel Pajuelo Vásquez amplía su punto tocando los Derechos de Autor (disponible acá), y poniendo a la disposición un interesante artículo de Enrique Vargas y Luz Stella Pinzón, llamado "Los derechos de autor y los Músicos Católicos" (descarga aquí). Todo en conjunto me lleva a lanzar mis propias conclusiones:

1. El Espíritu Santo es quien inspira. ¿De dónde saca el material? Pues de lo que tenemos en nuestra mente y corazón. En fe sabemos que nada es imposible para Él, pero también debemos considerar que prepara a los escogidos, no escoge siempre a los preparados. Mi mayor ejemplo de ello es Saulo, convertido luego en San Pablo. ¿Por qué Jesús escogió a un asesino? Porque, entre otras cosas, era un hombre conocedor de la Ley, con mucho celo de Dios. Era muy, muy preparado, y sin embargo no estaba bien encaminado. Le preparó el corazón para volverse a los gentiles. Volviendo al punto, si es el Espíritu quien inspira, ¿quién soy yo para adueñarme de la música y letra? La misma Palabra me da la respuesta en la Parábola de los Talentos. Se me da uno, cinco o diez talentos, pero debo ponerlos a producir. Esto sólo es posible si yo así lo decido.

2. Es decisión de cada uno. En el artículo arriba mencionado queda claro que la decisión de hacer valer los derechos sobre las obras es propia de cada autor. Si un autor quiere que sean de Dominio Público, pues adelante. Pero si otro autor quiere que a lo menos se respete quién lo hace, pues está en su derecho. ¿Voy a cobrarle a un grupo de jóvenes que quieren tocar una canción mía en una misa? ¿Voy a cobrarle a un artista famoso porque grabó una canción mía en un disco suyo sin consultarme? En cada situación, será mi decisión, porque tengo ese derecho. Y ese derecho lo respeta la misma Iglesia Católica. No soy necesariamente una peor persona por el hecho de pedir alguna regalía cuando sea viable. Es decir, si se trata de recaudar fondos, cualquier actividad tiene un costo. Y al recuperar los costos es cuando uno ve lo que queda y puede donar. Si yo considero un costo la regalía, no está mal.

3. Piratería. La piratería se da cuando se violan los derechos estipulados. No es piratería si el autor de una obra la cataloga como Dominio Público. Tampoco lo es si el autor cede alguna licencia para el uso que sea. Las licencias son responsabilidad de cada autor. Una manera entonces de combatir la piratería es dar a conocer explícitamente la intención y licencias del autor.

Por estos rumbos va mi pensar. Les invito a que lean los comentarios arriba citados, que descarguen ese artículo y que expresen su opinión. Sobre todo, les invito a no juzgar a alguien si decide proteger su obra y a respetar la obra de otros cuando abiertamente dan a conocer su intención. No cantemos ni grabemos música de personas que no nos lo han permitido, por respeto. Y si nuestra intención es que todos toquen lo nuestro, hagamos pública nuestra licencia, para evitarles problemas legales a quienes quieren seguir nuestra voluntad.

El Derecho es nuestro, la decisión, por Gracia de Dios, es nuestra. Usémoslos como el Espíritu nos guíe...

Juan Carlos García Melgar