domingo, 15 de junio de 2008

El Canto de Entrada

El canto de entrada es la antesala de la Eucaristía. Acompaña la Procesión inicial, con la que el Sacerdote ingresa al Templo acompañado de los acólitos, la Palabra, etc. Marca el principio, el momento a partir del cual la Asamblea recibe a su cabeza, Cristo, representado por el Sacerdote.

Según la Instrucción General del Misal Romano, en su numeral 25, el fin del Canto de Entrada es "...abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del Misterio Litúrgico o de la fiesta." (IGMR, 25) Acá es donde los asistentes a la Eucaristía acompañamos a la Iglesia de Cristo en su caminar y peregrinar hacia la Casa del Padre con entusiasmo y gozo. Entonces, con este canto se marca el comienzo de los Ritos Iniciales de la Eucaristía, mediante esta primera expresión de Fe y unidad.

Estructura del Canto de Entrada
Primero debemos estar conscientes que el Canto de Entrada es un canto de la Asamblea, no es un canto para ser escuchado. Por lo tanto, se debe buscar un canto muy conocido por los fieles o ensayar previamente el canto que se quiere entonar. Recordemos que simboliza el caminar juntos, por eso no debe ser solamente escuchado. Si el Coro o Grupo logra que la Asamblea en conjunto cante este Canto, está haciendo lo que debe hacer. Si, por el contrario, no se escucha que la gente cante, se está incumpliendo con el mandato que el mismo Ministerio le exige a los que cantan: guiar a la Asamblea en la Alabanza.

Ahora bien, el canto de entrada puede llevar una de las siguientes formas:
  • Himno estrófico con estribillos: diálogo entre coro y asamblea.
  • Himno estrófico únicamente: cantado por todos.
  • Antífona y versos de un salmo: forma simple para coro pequeño o solista y asamblea.
  • Tropario gran antífona: respuestas y estrofas para coro, asamblea y/o coro pequeño.
Es necesario, sin embargo, mantener una coherencia en todo momento, sobre todo con el tiempo litúrgico que se esté celebrando. La coherencia debe ir no sólo en el ritmo, sino también en el texto que se está cantando. Por ejemplo, no podríamos cantar "Alegre la mañana que nos habla de ti" a las 6 de la tarde en tiempo de Cuaresma. Primero, porque el texto habla de la mañana, y segundo, porque el tiempo de Cuaresma invita más a la interiorización: es un peregrinar más que un camino jubiloso en ese momento.

Sugerencias para escoger un Canto de Entrada
A continuación daremos algunas sugerencias para escoger un Canto adecuado a la Procesión de entrada. Son tomadas de varias fuentes y de la experiencia personal, y podrían no adaptarse a las costumbres de muchas regiones. Sin embargo, van acordes a la Liturgia, por lo que se pueden considerar universales.
  • Hacer un listado de todos los cantos que se tienen en el repertorio y separar aquellos que hablen sobre caminar, peregrinar, subir, andar juntos como Iglesia, como hermanos, en unidad, los que hablan de ir a la Casa del Padre, los que hablan de llegar al Altar, de ponerse en marcha, de avanzar, de levantarse y continuar, etc. Todos los que tengan carácter procesional.
  • Con la lista separada, revisar los cantos en busca de un toque de entusiasmo, energía y júbilo para animar y cumplir con el fin de la Procesión. Luego, separarlos por tiempo litúrgico: Adviento, Navidad, Cuaresma, Triduo Pascual, Pascua y Tiempo Ordinario. Los que quepan en varios tiempos se pueden repetir.
  • Ahora, separar los cantos que la Asamblea conoce muy bien y que puedan cantarlos. Si la gente no los conoce, se deben ensayar antes de iniciar la Eucaristía. Pero si no es ese el problema, aquí entra un poco la humildad de los que cantan: puede ser que se haya escogido algo muy conocido, pero con un arreglo tan "profesional" que deja un tono muy alto para la Asamblea y no puede seguir al Coro. O un arreglo tan bonito que la gente prefiere escucharlo para no arruinarlo con su propia voz. Si es el caso, se debe reconocer que no se está cumpliendo con la función del Coro, y buscar la participación de todas y todos.
  • Siempre está la posibilidad de escribir una canción nueva, como pide el Salmo. Si la inspiración no llega tan a menudo, se puede recurrir a la Antifona de Entrada de cada domingo. Bastaría que el Grupo o Coro musicalizara esa antífona para tener una nueva opción de Canto de Entrada

Opciones hay, y nuestro deber como músicos que acompañan la Liturgia es conocerlas y saberlas poner en práctica. Algo que no debe olvidarse es que no importa nuestro nivel o talento musical: lo importante es qué tanto sabemos dar de lo nuestro a los demás, a los que asisten asiduamente y a los que sólo llegan de vez en cuando. Cada vez que alguien entre al Templo donde nosotros demos el servicio, debe sentirse parte de esa Asamblea que camina con la Iglesia Peregrina. Y eso no sólo es disposición del corazón del asistente, también depende de qué tan bien hagamos solamente lo que nos toca hacer. Que Dios les bendiga.

Juan Carlos García Melgar

jueves, 5 de junio de 2008

El Salmo Responsorial

Nuestro tema de ahora es el Salmo Responsorial. Ese bello extracto de texto tomado de la Biblia, al cual no se le responde "Palabra de Dios" ni "Palabra del Señor", sino que se suele escoger uno de sus versículos para conmemorarlo...

Dicen los estudiosos que la mayor parte de los Salmos fueron escritos por el Rey David. Siendo así, quiere decir que los Salmos son canciones, cantos, bellos poemas (pues el Rey David era un artista), y no simples textos en prosa. Entonces, ¿por qué solemos degradarlos? Quiero decir, ¿por qué, si son bellos cantos o poemas, solemos leerlos en lugar de entonarlos, o les aplicamos una salmodia aburrida e igual domingo tras domingo? Para ilustrarnos mejor, es necesario que comprendamos un poco su lugar en la Liturgia.

Ubicación en la Liturgia
La dinámica de la celebración de la misa coloca un salmo después de la Primera Lectura como para mantener un diálogo entre Dios y su pueblo. Un pequeño esquema:
  • Dios habla a Su pueblo (1a Lectura)
  • El pueblo responde (Salmo)
  • Los apóstoles hablan sobre las maravillas de Dios (2a Lectura)
  • El pueblo se prepara para recibir de nuevo la Palabra de Dios (Aclamación)
  • Dios habla a través del Verbo (Jesús, lectura del Evangelio)
Como vemos, el Salmo es una parte importante de este diálogo, es la respuesta que nuestro corazón tiene a la Palabra recibida. Entonces es necesario darle el lugar que merece.

Situación en las celebraciones actuales
En muchas parroquias se sustituye el Salmo por otro canto debido a:
  • que la literatura de los salmos no se adapta a la mentalidad contemporánea
  • que las músicas propuestas para el canto del salmo suelen ser menos atrayentes que las de otros cantos modernos
  • que la lectura de un salmo es delicada y monótona
En otros casos, se deja siempre el mismo salmo, pero se le degrada cuando
  • es leído por la misma persona que lee la Primera Lectura
  • se lee como un texto más, sin entonación ni respeto a la rima
  • por estar pendiente del estribillo, la asamblea no saborea la riqueza del resto del texto.

La importancia del Salmo
Pues bien, no queriendo profundizar mucho, haremos unas cuantas observaciones sobre los salmos:
  1. Los Salmos son plegarias: Y me atrevo a decir que son una forma de plegaria que actualmente no nos nace del corazón. Son un modo de hablar con Dios mucho más amplio que el nuestro, que alarga nuestra plegaria en el tiempo por su antigüedad y en la fe por su riqueza y diversidad
  2. Los Salmos son cantos poéticos: Nos llevan a un espacio donde la inteligencia se ve fortalecida por la sensibilidad. Un lugar donde la misma Palabra nos abre a un lenguaje universal
  3. Los Salmos son Palabra de Dios: Sí. Aunque vemos tanto humanismo en ellos, a veces palabras que le reclaman a Dios, o que le piden perdón, o que le alaban y bendicen, son una hermosa manera que tiene Dios para hablarnos. Además, forman parte de la Palabra de Dios así como las otras lecturas y los Evangelios, y por ello no debemos sustituirlos por nada, mucho menos en la Liturgia.
La ejecución de los Salmos
Claro que a esta altura se pueden preguntar por qué el Salmo es víctima de tanto abandono por parte de los Ministros de la Palabra, salmistas y cantores. Y lo digo así, porque la palabra Salmo proviene del vocablo griego "psalmos" que significa "canto acompañado de instrumentos". Es un canto poético, degradado por nosotros mismos a una lectura más. Es como que en un cumpleaños, en lugar de cantar la famosa tonada de "Cumpleaños feliz" al agasajado, alguien tomara la palabra y la recitara... Pues bien, apoyados en un artículo del Centro de Pastoral Litúrgica de Francia, daremos a continuación algunas sugerencias sobre cómo rescatar este olvidado extracto de la Palabra de Dios.

La música

Tratemos de devolverle al salmo la cualidad de pieza musical así:
  • Existe un gran número de fórmulas salmódicas (melodías de fórmula gregoriana) que pueden sostener el salmo. No siempre son bellas, ni siempre se ajustan exactamente al caracter del salmo, pero mantienen una distancia entre texto leído y cantado... podrían hasta sonar como una canción. El salmista va modulando el texto para que se adapte, estira alguna sílaba, encoge otra, todo para que el pueblo también pueda responder entonando la salmodia.
  • A lo largo del tiempo, muchos salmos se han ido fortaleciendo hasta convertirse en cantos ya elaborados y rítmicos, como "Este es el día" (117), "Tu Reino es Vida" (71) o "Tu Palabra me da Vida" (118) por mencionar algunos. Esto es apropiado para fiestas o de vez en cuando, pero no cada domingo aunque se conozca la canción.
  • Si no hay quien cante (o no lo pueda entonar bien), éste es un buen momento para un organista o guitarrista. Se puede hacer un acompañamiento musical discreto mientras un buen lector declama el salmo. Pero hay que tener el cuidado de no tocar algo conocido que distraiga a la asamblea.
  • También pueden ser arpegios simples de piano u otro instrumento adecuado. La idea es manetener la sencillez, centrar la atención a la plegaria o texto, no a la música.
  • Recomendamos el uso de tonos mayores cuando se trata de júbilo y alegría, alabanza y demás, y de tonos menores para perdón, piedad, súplica, plegaria, etc.
  • En algunos casos puede ser útil el contar con un fondo musical pregrabado, sin voces, para que sirva de base al salmista mientras declama. Eso sí, la música escogida debe tener cierta relación con la atmósfera que se crea en el texto del salmo. No debe ser una melodía popular, pues generaría distracción entre la feligresía.
  • Si ninguna de las opciones anteriores es viable, siempre se puede recurrir al uso de un interludio musical entre la lectura y el salmo, para resaltar el cambio de género literario. Entonces, toda la responsabilidad recae sobre el salmista.
La declamación
Cualquier Ministro de la Palabra sabe muy bien que las lecturas se preparan con suficiente anticipación. Se sabe también que se proclaman desde el Leccionario en el ambón y no desde un misalito que se toma al llegar a la iglesia cinco minutos antes de la misa. Pero en el caso del salmista, la responsabilidad es mayor, pues tiene la obligación de "vivir" lo que está leyendo para transmitirlo así a los demás, ya que se trata de un canto poético. No entraremos en detalle sobre cómo debe prepararse, pero sí en algunas sugerencias de cómo puede rescatarse el Salmo Responsorial de la mano de un buen salmista.
  • Un salmo aprendido de memoria y declamado sin leer (o viendo por momentos) puede ser muy atrayente, con el cuidado de no robar protagonismo ni al texto, ni al Señor, en cuya cena nos encontramos.
  • Un salmo dialogado entre dos personas, dependiendo del género literario, también es posible.
  • Un salmo leído a media voz por todos y declamado al mismo tiempo por uno solo.
  • No es obligatorio que la asamblea responda al salmo (la R/ del Misal), pero si lo hace, es preferible que sea cantado. Un buen lector será capaz de llevar a la Asamblea por una respuesta muy bien entonada, tanto, que sonará como canción aunque no utilice alguna salmodia.
  • Se debe respetar el género literario. No se leerá (o cantará) un salmo de alabanza de la misma manera que un salmo de súplica o plegaria; un salmo individual de la misma forma que uno colectivo. El Salmista debe estar preparado para cada género, así como los músicos que le acompañen.

Conclusiones
Hay mucho que se puede hacer por rescatar los Salmos. En cada parroquia, el grupo encargado de la Liturgia observará a la feligresía y tomará la mejor opción para seguir dentro de la Liturgia. Esto incluye hablar con los músicos y lectores.

Los músicos estamos llamados a crear nuevas melodías, como reza el Salmo, hay que "Cantar al Señor un cántico nuevo". Es muestra de dar frutos el crear melodías para los salmos, sencillas, lo suficientemente fuertes para sostener el peso de tanta obra literaria. O de ejecutar nuestro instrumento adecuadamente, como apoyo al que lea. Es deber también de los lectores el prepararse, dejarse inspirar por el Espíritu mismo que inspiró a aquellos hombres a escribir tan bellas canciones, y que hoy, miles de años después, se mantienen con esa riqueza milenaria para nosotros, como sólo Dios es capaz de mantener, pues Él es el mismo ayer, hoy y siempre.

Que Dios les bendiga.
Juan Carlos García Melgar

Café con Dios


Dios, que siempre está entre nosotros, que siempre nos acompaña, que nos escucha y consuela (cuando lo permitimos) quiere platicar contigo...
¿Has hecho el tiempo alguna vez para "tomarte" una taza de café con Dios? Bueno, pero si lo haces con tu mejor amigo o amiga cuando algo no anda bien en tu vida, cuando necesitas que te escuchen o recibir un buen consejo...

Con estas ideas nació, hace algunos años, el Proyecto "Café con Dios". Fue madurando hasta cambiar un poco su concepto, y convertirse en el "espacio del Artista Cristiano". Desde el año 2003 hemos tenido solamente 3 ediciones, pero todas han estado llenas de bendición, de Su Presencia, de Su Espíritu, de Su Amor. Hoy queremos anunciar el inicio de una nueva etapa: lanzamos el Blog Oficial del Proyecto, al que pueden acceder desde el logotipo a la izquierda. Ahi iremos realizando encuestas y dando avances del proyecto, que si Dios lo permite, será una realidad física más que un concepto. Dios irá poniendo las cosas en su lugar. Lo que nos queda por el momento es no perder la calma, tener más fe, creer en Él... así que, pido sus oraciones para que este proyecto avance, y su colaboración con visitar el sitio.

http://cafe-con-dios.blogspot.com


Juan Carlos García Melgar